Y no es sólo una linda y amable
decoración, sino que es la
instrucción para conseguir una latita de la máquina.
"La felicidad es contagiosa", explica Leonardo
O'Grady, director de
Coca-Cola, e impulsor de la medida.
"La máquina de abrazos, como la llamamos,
es una idea simple para expandir felicidad en ambientes
que pueden ser tensos o estrictos como un campus universitario".
El concepto, diseñado por una agencia de publicidad, es sencillo. Uno abraza a la máquina, y por la presión ejercida, la expendedora le da una gaseosa gratis.
"La reacción de los estudiantes es asombrosa"
Dicen los directivos, quienes ya están pensando en expandir la acción a otros mercados fuera de Asia. Todo sea por llevarle felicidad a la gente. Y gaseosas, por supuesto.
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